Las
salsas mexicanas son una mezcla de chiles, agua y diversas especias y es uno de los pilares de la gastronomía mexicana. Las posibilidades en la preparación son prácticamente ilimitadas y las diferentes recetas son motivo de orgullo en la cocina mexicana.
De hecho, en México hay restaurantes en los que los más destacado son sus salsas, a priori acompañantes, pero que dejan en segundo plano al en principio protagonista del platillo.
Sin embargo, a pesar de los más de 64 tipos de chile contabilizados por el Sistema Nacional de Recursos Filogenéticos para la Alimentación y Agricultura en México, existe cierta estandarización en cuanto a los chiles utilizados en las salsas mexicanas destinadas al gran consumo y retail (hay propuestas muy innovadoras en el canal horeca). Los chiles más utilizados en la preparación de salsas mexicanas son el serrano,
jalapeño, chile pasilla, de manzano y el
chile habanero, que es uno de los más picantes de México.